En octubre fueron publicados algunos clásicos infantiles, mismos que tratan temas que, a veces, los adultos no sabemos explicar a los más pequeños
El mes de octubre, en materia de literatura, está cargado de obras que, debido a su temática, podrían disfrutarse y recomendarse sin ningún problema, como la literatura de terror, los cuentos sobre entes, monstruos y criaturas extrañas; no obstante, este mes también va dedicado a los más pequeños, pues grandes obras del género infantil fueron publicadas en esta temporada.
Los cuentos son parte importante de la formación y el desarrollo cultural de los niños, pues en ellos pueden llegar a encontrar las respuestas a aquellos cuestionamientos que son casi imposibles de resolver, ya sea por el mal formulamiento de la duda o porque las figuras adultas simplemente, no saben cómo explicarlas. Así pues, en este mes, varios clásicos infantiles vieron la luz para brindar mayor apoyo a aquellos pequeños que están comenzando a vivir, a descubrir y a aprender, situando al alcance de sus manos la resolución a un sinfín de situaciones complicadas, por medio de fantásticas historias con protagonistas con los que pueden identificarse. ¿Quieres saber cuáles son? Aquí te lo diremos.
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Matilda de Roald Dahl
Este clásico infantil salió a la luz en el año de 1988, alcanzando gran éxito a nivel mundial; este ejemplar literario ha vendido más de 200 millones de copias e incluso, tuvo una adaptación cinematográfica en el 96. Matilda presenta la historia de una pequeña niña quien, durante mucho tiempo, ha sufrido la indiferencia de su familia, misma que no sabe apreciar su gran inteligencia, por lo cual se vuelve una persona autosuficiente desde temprana edad, pero, es gracias a esto que la pequeña puede vivir una serie de aventuras a lo largo de la historia.
Este ejemplar le da un mensaje a los más pequeños, “no estás solo”, sin importar qué tan difícil sea la vida, además, invita a los niños a adentrarse en la lectura, pues, así como Matilda lo hizo, pueden encontrar consuelo en las miles y miles de historias existentes. Va dirigido a un público joven, entre los 12 a 14 años.
El país de los helados de Anthony Burgess
Este pequeño cuento fue publicado en el año de 1991 y narra las increíbles aventuras de un grupo de amigos que descubren un maravilloso y delicioso país, donde las montañas son de helado y los árboles lucen como exquisitas paletas congeladas. Los protagonistas viajan a través de este fantástico lugar, experimentando inolvidables aventuras. El país de los helados, incita a los lectores a desarrollar su imaginación, pues esta los transporta a lugares maravillosos donde pueden aventurarse a explorar. Dicha obra literaria, va dirigida a un público infantil y juvenil.
El Pato y la Muerte de Wolf Erlbruch
Esta obra del famoso escritor e ilustrador alemán, fue publicada en el año 2007 y se ha convertido en uno de los cuentos infantiles imprescindibles, en las bibliotecas escolares. El Pato y la Muerte, cuenta cómo es que, en un día cualquiera, la Muerte llega a la vida del Pato, siguiéndolo, pasando el tiempo a su lado, hasta que finalmente llega la hora del Pato, para descansar eternamente. Este hermoso cuento trata de manera sencilla y extraordinaria, el tema de la muerte; explica a los más jóvenes que morir es un evento natural en la vida y que está fuera de nuestro control. Pueden leerlo niños de 9 a 11 años.
El monstruo de colores de Anna Llenas
La ilustradora y escritora, Anna Llenas, publicó este ejemplar en el 2012; donde a través de una serie de eventos que le ocurren a un pequeño monstruo, ayuda a los niños a identificar y nombrar a sus emociones. El monstruo no sabe lo que está sintiendo y eso le confunde, por lo que, con ayuda de su amiga, separa cada emoción en un frasco diferente para poder identificarlas. Además, cada color tiene relación con cada sentimiento. Este cuento puede ser leído a niños a partir de los 3 años.
¿Te interesan los libros infantiles? Aquí te dejo algunas recomendaciones:
- Flon Flon y Musina — Elzbieta
- La niña bonita — Ana María Machado
- Rosalinde tiene ideas en la cabeza — Christine Nöstlinger
Z.T.C
