Columna invitada
Fue siempre de manita sudada…. Por lo menos la mía, pero el cariño que despertó fue por ser parte de la banda sonora de un escuincle regordete que la conoció el mero día del estreno de Vaselina en el desaparecido cine Pedro Armendáriz. Siempre he pensado que la escena final es onírica y que Sandy sube al cielo con un Danny que murió durante la carrera. Luego, ella se convirtió en mi musa y luego en mi entrenadora como toda una gimnasta.
Y llegaron después sus fabulosos Remixes de los Ochenta en una década en la cual era bienvenida de fiesta en fiesta, sin distinción. Y un día que sonaba en una nostálgica estación de radio, nos percatamos que a lo largo de los años fue en realidad lo que siempre habíamos querido: un giro del destino, un beso del alma sobre al arcoíris, un poquito más de amor que se sintiera de repente aún más oscuro que la noche. Y hoy que se va para siempre, sólo puedo decir que Olivia Newton-John fue para nuestra generación completamente mágica.
Olivia: espero que te vayas al Paraíso tan bellamente como lo hiciste en Xanadu. Yo sólo soy irremediablemente fiel a ti. (Salvador Quiauhtlazollin)
