La cantante brasileña, que a los 22 años dio voz a «La chica de Ipanema», falleció a los 83 años
Fue una de las figuras más importantes del movimiento de bossa nova junto con Antonio Carlos Jobim, con quien trabajó muchos años. Dueña de una prodigiosa voz, Astrud Gilberto murió el martes a los 83 años, en su casa de Filadelfia, Estados Unidos.
La bossa nova está de luto y Astrud ya descansa en el cielo de las talentosas cantantes, junto a sus compañeras brasileñas que han muerto este año, Rita Lee y Gal Costa. La noticia la dio a conocer Sofía Nieto, la nieta de la cantante, en sus redes sociales.
«Vengo a traer la triste noticia de que mi abuela se convirtió en una estrella hoy y está al lado de mi abuelo Joao Gilberto»
Sofía Nieto
En la década de los sesenta su voz se escuchó en el mundo entero con la canción «Garota de Ipanema», el famoso tema de Tom Jobim y Vinicius de Moraes, en su versión en inglés junto al saxofonista Stan Getz. La versión la convirtió en la primera brasileña nominada al Grammy, premio que ganó en la categoría de Mejor Canción en 1965.
La suave voz de Astrud Gilberto ha quedado grabada en la memoria colectiva. Aun cuando no se tenga el conocimiento de su nombre o el género, todo el mundo ha escuchado «La chica de Ipanema» en su interpretación. Pero también memorables canciones que marcado a la historia de la música, como «Tristeza» y «Corcovado», temas icónicos de la bossa nova, pero sobre todo emblemáticos de la voz de esta mujer que en sus veintes saltó a la fama y llegó a Nueva York a romper esquemas.
Nacida en Salvador, Bahía, y criada en Río de Janeiro, Gilberto destacó por su cristalina y suave voz. Con la melancólica melodía de «La chica de Ipanema», esta mujer que «no era cantante», se hizo famosa en todo el mundo. Tanto el público como los jazzistas esperaban los temas cantados por ella, y no faltaron los compositores que le ofrecieron canciones para que ella los interpretara. Es el caso de Haroldo Lobo y Niltinho, quienes escribieron Tristeza (Goodbye Sadness) y la canción tomó otro sentido en la voz de Astrud.
Lo mismo pasó con «Meditation», un standard del jazz y bossa nova, escrito por Antonio Carlos Jobin y Newton Mendonça, y que al ser grabado con Astrud cobró otra dimensión.
Además de su carrera musical, Astrud Gilberto también fue pintora y una ferviente activista por los derechos de los animales. Recibió el Grammy Latino a la Excelencia Musical en 2008. Entre las colaboraciones que realizó, además de haber trabajado con Ennio Morricone, Chet Baker o Toots Thielemans, llamó la atención su dieto con George Michael, ambos cantando el clásico «Desafinado».
