Una historia en la Plaza de la Ciudadela
Sobre la calle de Enrico Martínez casi llegando a Emilio Dondé estaba Magdalena, sonreía y buscaba con la mirada que alguien quisiera hablar con ella.
Se trata de una turista que visitaba el mercado de artesanías de la Ciudadela y curioseaba en el Jardín del Danzón, no llamaba la atención sobre manera, pero una chica se le acercó y en autentico spanglish le preguntó si necesitaba algo.
Magdalena, con señas dijo que no entendía. Haciendo un esfuerzo por comunicarse se llevó la mano al pecho varias veces y repetía: Polonia… Polonia…
Así cambió todo, con el auxilio del traductor polaco-español español-polaco de Google en el celular se logró la conversación, ella comentó que sus amigos con los que viajaba decidieron ir a caminar al mercado, pero que no fue con ellos porque quería bailar. Pero que nadie la invitaba…
– Pues, no esperes a que te lo pidan. ¡Tu invítalos! –
Con entusiasmo se escribió una leyenda que podía leer en la pantalla de su celular para decirla frente a la persona con eligiera para bailar.
«Caballero: ¿quiere usted bailar este Danzón conmigo?».
Feliz, con su acento polaco leía y releía la leyenda que le concedió su deseo.
Bailó unos danzones y después se fue, como una forma de agradecer los buenos oficios de interprete-traductor, se despidió con un beso.
Texto y fotos: José Pérez Linares