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Humboldt Berlín catalizador del colonialismo

por | Dic 17, 2020

El Humboldt Forum, el gran proyecto cultural de Berlín, abre de manera virtual y tiene entre sus vocaciones, según explica su director, Harmut Dorgerloh, la de ser un «catalizador» del debate sobre el colonialismo alemán y de la restitución de obras obtenidas mediante saqueo.

El edificio es una construcción cuadrangular tres de cuyas fachadas reproducen el antiguo palacio real barroco que se levantaba en ese lugar hasta que fue sustituido por el Palast der Republik, emblema de la extinta Alemania comunista, derribado entre 2006 y 2008.

Su apertura oficial al público se ha hecho sin visitantes por la pandemia y sigue a años de polémica por su coste, por la opción arquitectónica elegida por el Parlamento alemán y el reciente debate internacional sobre el colonialismo, ya que reúne colecciones con obras procedentes de antiguas colonias alemanas.

Contendrá las colecciones extraeuropeas del Museo Etnológico y el Museo de Arte Asiático, así como un laboratorio de la Universidad Humboldt y las Fundaciones del Museo Municipal de Berlín y del propio foro.

«La fase de construcción terminó ayer y eso es muy importante para nosotros porque ya podemos decir que no somos una obra y podemos empezar con el programa cultural», explicó en una entrevista Dorgerloh (1962, Berlín), historiador del arte y director general del foro.

Admite que hay «expectación, no solo en Alemania sino en todo el mundo, acerca de qué será el Humboldt Forum o qué debería ser».

Y asegura que, durante el último año, aún en fase de construcción -el coste total asciende a 644 millones de euros- ya ha servido de «catalizador» de debates que tiene vocación de albergar.

Otra mirada hacia el pasado colonial alemán

«Sirvió para abrir los ojos a la sociedad alemana de que es algo que tenemos que mirar de manera más cuidadosa», dice respecto al pasado colonial germano.

«El colonialismo fue un componente que desempeñó un papel importante en la historia alemana y fue ensombrecido por el régimen nazi así que nuestra memoria colectiva se centró principalmente en ese período del siglo XX ocultando lo que pasó antes», resume Dorgerloh.

Opina que el colonialismo «no terminó en 1918», por lo que todavía es relevante para la «sociedad de hoy en día» y es algo que está presente cada vez más en la «consciencia».

Renovada polémica por piezas procedentes de saqueo

En el foro se debatirá sobre restitución de objetos saqueados durante la colonización y su construcción ha devuelto actualidad a la polémica por los célebres bronces de Benín, que llegaron a Alemania tras ser expoliados por una expedición de castigo británica que destruyó la ciudad, ubicada en la actual Nigeria, a finales del siglo XIX y cuya restitución ha sido solicitada por el gobierno nigeriano.

Las piezas formarán parte del foro y su director general recuerda que en ese y en cualquier otro caso, «la decisión final la tomarán los propietarios, es decir los museos estatales», y ellos albergan sus colecciones.

«Pero hay una posición muy muy clara del Gobierno federal y los estados federados, y es también muy obvio para los museos estatales, de que en un caso claro de contexto criminal, si hubo robo tiene que haber una restitución», afirma Dorgerloh.

Adelanta por otro lado que esos y otros objetos procedentes de colonias no se exhibirán como «en los últimos años».

El principio que guiará la actividad del foro será «no hables de ello sin nosotros», agrega el responsable de la institución en alusión a la cooperación con instituciones de países de los que proceden piezas controvertidas en programas destinados a ofrecer sobre ellas «diferentes perspectivas».

Una controvertida opción arquitectónica

Una de las tres fachadas que reproducen el palacio real barroco de los Hohenzollern mira a un edificio de apartamentos del arquitecto español y premio Pritzker Rafael Moneo; la cuarta fachada exhibe líneas contemporáneas en fuerte contraste con las otras y en algún medio alemán ha sido comparada con una rejilla de aireación.

Sobre la opción arquitectónica para el foro no se manifiesta el director general berlinés, quien recuerda que «fue uno de los raros ejemplos en los que el parlamento alemán votó sobre arquitectura»: un proyecto del italiano Franco Stella.

Dorgerloh admite que la elección fue un compromiso entre el lado que «pedía un edificio completamente nuevo y el otro que pedía una reconstrucción completa del palacio».

Sin embargo, agrega que «es demasiado fácil decir que el palacio barroco está ligado al colonialismo y el imperialismo y los emperadores alemanes» por seguir con el tema de la experiencia colonial germana.

Y eso porque «fue el lugar de al menos dos revoluciones, una en 1848 y otra en 1918, así que el palacio original estuvo también estrechamente unido al final de la monarquía». «Y lo que pasa después de 1918 y este lugar refleja muchos aspectos de la historia de Alemania y de Prusia». / EFE

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