En las últimas semanas regresó a los titulares internacionales de cultura, el nombre de una de las escritoras más importantes de habla hispana y muy probablemente la intelectual más comprometida con la cuestión feminista del último tercio del siglo XIX y principio del XX en Europa, Doña Emilia Pardo Bazán.
Una mujer considerada polígrafa por su dominio del lenguaje, cultura interminable y de inteligencia capital. Domó con pluma y discurso prácticamente todos los géneros literarios desde la novela, la poesía, el cuento, la crónica de viajes, el ensayo (con el que alcanzó una notabilísima ascensión como intelectual crítica de su tiempo). Fue pionera en el periodismo cultural, traductora, crítica literaria, conferencista y catedrática (provocando con su entrega y capacidad una popularidad entre los alumnos, que superaba a muchos de sus colegas). Su obra, contabilizada en miles de folios y que ha impulsado la creación de otros tantos en forma de libros analíticos, escritos por estudiosos y compiladores atraídos por su vastísima obra.
La amplitud de esta intelectual española adelantada a su tiempo, no puede caber en clasificación de una sola etiqueta creativa ni personal. Isabel Maura Burdiel Bueno, historiadora, catedrática y autora de la biografía Emilia Pardo Bazán, (2019.Taurus) la describe de una complejidad abrumadora:
«Emilia Pardo Bazán fue una mujer muy atrevida, muy mordaz en sus juicios, amante de las polémicas, apasionada y al mismo tiempo radicalmente antisentimental, católica militante y feminista radical, nacionalista española y cosmopolita convencida, crítica con el liberalismo, tradicionalista y al mismo tiempo fascinada por el progreso y por la ciencia, humanista y en algunos aspectos muy elitista, fue moderna y antimoderna».
A pesar de su merito le fue negado hasta tres veces en 1889, 1891 y 1912 el ingreso en la Real Academia Española (RAE), y aunque no fue la primera vez que ocurrió esta injusticia, producto del machismo imperante de la época (la primera vez se le negó a Gertrudis Gómez de Avellaneda en 1853, explícitamente con el argumento de que “la institución no contemplaba la entrada de mujeres”, hasta romper este atraso cultural en 1979 con Carmen Conde Abellán que se convertiría en la primera mujer académica de la RAE). Emilia Pardo Bazan respondió con una frase lapidaria estos rezagos misóginos “la lucha vale más que el triunfo” y se declaró Candidata perpetua.
“Pardo Bazán sufrió mucho con la RAE y fue una escritora que mereció de sobra estar en esta casa. Miramos hacia atrás con pena, pero comprendiendo que la situación histórica fue la que fue. Aun así, lamentamos realmente que una situación como la de Emilia llegara a producirse”.
Santiago Muñoz Machado, Director de la RAE 2021
Y aunque, no parece una disculpa oficial por parte de la Academia, ni de algún otro sector que se responsabilice del intento de opacar el talento de quien ostentara por poco tiempo el título de La Condesa Emilia Pardo Bazán, es gracias al trabajo de mineros intelectuales que rescatan fragmentos de la historia de una mujer segura y resistente en una época de golpeteo misógino, incluso de sus propios compañeros de gremio, lo que la hizo única en su tiempo y su espacio:
“Es el caso que he sido en los treinta y pico años de mi carrera literaria, el más atacado y combatido de los escritores españoles. todo se me ha regateado con avaricia. He ido conquistando el terreno palmo a palmo, es cierto que tuve público desde mi primera novela es cierto, pero era una caminata por las dunas: avanzaba y fuerzas invisibles me hacían retroceder, no teniendo acaso tiempo ni humor para analizar despacio mis escritos. Aplicaban lentes ahumadas al estudio de mi carácter y hasta de mi físico, que nada tiene que ver supongo con las letras. Yo era así yo era asá, yo era vanidosa, yo usaba un peinado de otro modo, yo me gozaba en hacer daño a mis enemigos literarios, yo era soberbia por reprochar, hasta se me reprochaba el disfrutar de buena salud.”
La Condesa Emilia Pardo Bazán
En las conmemoraciones en todo el mundo, en torno del centenario de su muerte el 12 de mayo y que se extenderá por todo el año 2021, destacan múltiples conferencias de reivindicación y relectura de su titánica obra, así como la actualidad de sus argumentos en pro de una sociedad equitativa a décadas de distancia. Traer a la memoria a una mujer de tales capacidades y a nuestras manos una obra fresca y crítica a más de un siglo de su existencia es el mejor homenaje a la gran Doña Emilia Pardo Bazán.
