La Secretaría de Cultura, a través de la Dirección General de Bibliotecas (DGB), publicó en el Diario Oficial de la Federación el día de ayer 1 de junio de 2021, el Decreto por el que se expide la Ley General de Bibliotecas que abroga la pasada Ley de 1988.
Esta actualización busca establecer mejoras en los servicios que las bibliotecas públicas ofrecen, desde derechos y obligaciones del personal bibliotecario, de los usuarios y material albergado, así como el aprovechamiento de tecnologías para la promoción de la lectura y la denominación de la Biblioteca de México como biblioteca central en la Red Nacional de Bibliotecas Públicas y de las bibliotecas de orden federal de gobierno, establecida en el art. 22, que actualmente cuenta con 7,464 bibliotecas públicas en 32 redes de entidades federativas y proporciona servicios bibliotecarios gratuitos a más de 30 millones de usuarios anualmente.
La Ley General de Bibliotecas está conformada por 44 artículos, divididos en 10 capítulos: Disposiciones Generales; De la Red Nacional de Bibliotecas Públicas; De las Redes de Bibliotecas Públicas en las Entidades Federativas; De la Adhesión a las Redes Nacional y de las Entidades Federativas; De la Biblioteca de México; Del Sistema Nacional de Bibliotecas; De la Participación Ciudadana; Personal y Usuarios de los Servicios Bibliotecarios; Descarte; y Del Depósito Legal de Publicaciones.
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Pese a la veda electoral, Marx Arriaga Navarro, Director General de Materiales Educativos (SEP) no pudo contener el entusiasmo que se desprende de esta acción, que representa un paso en el camino del mundo bibliotecario. Arriaga quien hace casi un año publicara como conmemoración al Día Nacional del Bibliotecario el Manifiesto Mexicano de Bibliotecas Públicas, en el que exhibe las carencias con las que se trabaja desde la institución escribió entonces:
“Estamos hartos del olvido, del abandono de nuestra Red Nacional de Bibliotecas Públicas. Estamos cansados de que se nos considere el escalón más bajo de los presupuestos destinados a la cultura y la educación en este país. Estamos aburridos de la apatía de los intelectuales orgánicos que se quejan por la disminución de sus prestaciones, pero que son incapaces de exigir una biblioteca pública decente. Estamos molestos porque año tras año, vemos desfilar millones de pesos en intervenciones culturales absurdas sin que alguna migaja sea cedida a nuestros espacios. Estamos hartos de ver la fragilidad de nuestra condición, de ser tratados peor que un mueble, de ser tratados como algo desechable o peor aún; como seres invisibles. Desde esta angustia, desde este ahogo, desde esta pesadumbre, desde este sufrimiento, se crea el siguiente Manifiesto mexicano de bibliotecas públicas para dejar claro lo que somos y cómo asumimos nuestra condición de fragilidad.”
Marx Arriaga Navarro
La importancia de legislar y actualizar en materia de fomento y garantía de la conservación del patrimonio documental, bibliográfico, hemerográfico, auditivo, visual, audiovisual, digital y de otros medios que contengan información afín, establece instrumentos para la difusión cultural, la consolidación de la memoria comunitaria y el progreso educativo. Apuntó la Secretaria de Cultura en su comunicado.
