En los últimos años, el mundo de los negocios se ha visto retado e impactado positivamente por la idea de que, además de rentable, una empresa debe ser socialmente responsable.

Pero ¿qué significa que una empresa sea socialmente responsable? No hace mucho tiempo, la responsabilidad social de las empresas se entendía como crear empleos, pagar impuestos y generar utilidades a los accionistas. Hoy, esta idea ya no es suficiente, ni aceptable.

La sociedad espera de las empresas, acciones que vayan más allá de ofrecer bienes o servicios de calidad en un marco de legalidad. Espera que la empresa considere y tome en cuenta los impactos que genera en la sociedad, tanto positivos como negativos, en la vida de sus empleados, en las comunidades donde opera, en el medio ambiente y, en general, en todos los ámbitos y grupos sociales con los que interactúa. Espera que genere valor a todos los grupos relacionados con la empresa.

Llegar a esta visión ha implicado un proceso progresivo. Inicialmente se identificaba como socialmente responsable a aquellas empresas que hacían donaciones; entonces los empresarios buscaron hacer más eficientes sus aportaciones a la comunidad. Identificaron y focalizaron su acción social en aquellos temas que pudieran ofrecer un verdadero valor agregado a la comunidad. Así, se evolucionó del concepto de “filantropía empresarial” al de “inversión social de la empresa”.

Tiempo después la empresa se dio cuenta que la responsabilidad social no podía quedarse solamente en su relación con la comunidad externa, sino que tenía que incluir todos los demás ámbitos y grupos relacionados con la empresa. Una visión integral incorporada a la estrategia de negocios.

Es así como se llega a definir la empresa socialmente responsable como “aquella que incorpora a su estrategia de negocios una visión social expresada en políticas y programas, más allá de sus obligaciones legales, buscando responder satisfactoriamente a las expectativas de sus distintos grupos de interés sobre su actuación”.


En la actualidad se han logrado avances importantes en la comprensión de los alcances de la ESR y se está creando un ambiente favorable para su expansión en todo el sector empresarial. Son claros los beneficios que trae a la empresa la incorporación de la responsabilidad social a su estrategia de negocios: simpatía de los consumidores, mayor lealtad de los colaboradores, mayor confianza de los inversionistas, facilidad en los procesos de toma de decisiones, optimización de recursos humanos y materiales, y, en general, la instalación de procesos colectivos de mejora continua para beneficio de la empresa y de toda la sociedad.