Ya se sentía que se podía controlar el virus, se veía la luz al final del túnel, con un porcentaje del 60 % personas con al menos una dosis y un 45 % con la pauta completa, teniendo expectativas de vacunar al 70 % a finales de agosto, según el gobierno de España. Se salía a disfrutar del verano, las playas, las tertulias con los amigos en los bares y restaurantes y de repente zas, y vuelve la burra al trigo.
No se llevaba ni un mes sin el uso de la mascarilla en exteriores, que los lugares de ocio cerraran hasta tarde, que los jóvenes salieran a las plazas de noche a disfrutar del buen tiempo cuando, zas, y vuelve la burra al trigo.
Y es verdad que lo bueno dura muy poco, y hay que aprovecharlo hasta lo máximo. Sin embargo, por la calle la gente siempre llevaba la mascarilla puesta “por si acaso” ya estamos bastante acostumbrados a portarla.
Se veía, sobre todo a las juventudes salir de noche, atiborrar los lugares de entretenimiento, veíamos asombrados a los asistentes a los partidos de la Eurocopa gritar, cantar, abrazarse y desfogarse sin la más mínima distancia social y sin mascarillas, y además, festejar el post partido en las calles de las diferentes ciudades europeas.
Y claro, el virus con sus diferentes mutaciones, aprovechó la oportunidad para escampar a sus anchas y volver a los índices de principios del 2020, inclusive a elevarlos, a volver a las alertas rojas, a llenar hospitales, pero en ésta ocasión con una diferenciación, ataca a la gente más joven, a los chavos que salen a divertirse y éstos a contagiar a padres y abuelos. Incluso ha habido casos, muy pocos, todo hay que decirlo, que han ingresado al hospital, personas con la pauta completa de vacunación, por eso nos advierten los médicos que las vacunas no son 100% seguras.
Y por eso, éste fin de semana, zas que vuelve la burra al trigo, se volvió al toque de queda, a usar la mascarilla todo el tiempo y a seguir con las medidas de seguridad que hasta ahora se han llevado a cabo, las reuniones con máximo de 10 personas, los bares y restaurantes a restringir el aforo permitido, a cerrar hasta la 1 de la mañana, o sea que sólo fue un instante el que se pensó que estábamos dominando a la pandemia, pero nada, nos sigue dando quebradero de cabeza.
Será que tal vez, sólo tal vez que ¿el coronavirus llegó para instalarse en nuestras vidas, trastocando nuestro modus vivendi?, ¿tendremos que aprender a convivir con él, sin poder combatirlo, sólo controlarlo?
Y tal vez, solo tal vez ¿tengamos que vacunarnos cada año como se hace con la vacuna de la gripe?
El tiempo nos lo dirá.
