El Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, es un día que se ha convertido en una campaña de acción que pretende además de las medidas pertinentes en atención a las víctimas, la visualización durante 16 días (25 de noviembre al 10 de diciembre). Recientemente la ONU ha dado a conocer el aumento en las cifras de violencia de todo tipo contra las mujeres y las niñas, sobre todo, la violencia en el hogar a partir del confinamiento de este año, motivo por el cual se trabaja en magnificar la visualización “tiñendo el mundo de naranja”.
Uno de los problemas que ha ensombrecido el avance de la humanidad, es la terrible condición de la violencia hacia otro ser vivo, y contra la mujer, no solo manifiesta un conflicto simbólico en varias dimensiones, es un tema particular donde el victimario descarga todas sus frustraciones personales pero también es el reflejo del rezago cultural en donde se cosifica un ser humano por el hecho de ser mujer. Pareciera ser un triángulo de acción que implica tres nodos que requieren una investigación profunda para poder erradicar esta práctica que no respeta geografías, nivel económico o condición social.
El primero es el victimario, el segundo la victima y el tercero en donde todos tenemos responsabilidad cívica de trabajar en conjunto, una participación ciudadana en los procesos de justicia que lejos de ser eficientes, se han convertido en absurdos, corruptos y fatigosos que revictimizan a las mujeres cuya destrucción emocional y física ha indignado en los espacios donde se difunden estas historias horribles que son cada vez más comunes. Trabajar en la información, visualización para una detención oportuna pero además la inversión en programas de educación de género desde pequeños es tarea de sectores públicos y de la célula de la sociedad que es la familia, significa el futuro de estas prácticas y sus consecuencias.
El lenguaje del arte ha abordado desde distintas latitudes, la violencia contra las mujeres desde la reflexión con el fin de sensibilizar. Una de las aportaciones de Frida Kahlo fue precisamente la actitud que asumió la mujer en el arte, en un momento en el cual dominaron los maestros con el muralismo; ella junto con sus contemporáneas, encontraron un espacio libre en el pequeño formato de la plástica mexicana. Su vida ampliamente difundida la ha trasformado en un personaje que en ocasiones ensombrece su propia pintura, pero que en una época temprana reconoció y capturó el peso del machismo que una mujer puede soportar.
Dentro de su pintura, marcadamente por un estilo popular encontramos una pequeña pintura a la manera de un exvoto, donde plasma una escena trágica del cuerpo de una mujer desnuda, sangrando sobre su cama y a un hombre de pie con un puñal en mano. Kahlo explicó que creó la imagen al ver la noticia real en un periódico donde relataban que un hombre, tras ser sorprendido en la escena del crimen después de asesinar a su mujer a puñaladas, rindió cuentas ante el juez excusándose con la frase “pero si solo le di unos cuantos piquetitos”.
En la década de los noventas, las artes del cuerpo tomaron una relevancia principalmente por la cercanía con el discurso de protesta en el país. Lorena Wolffer artista y activista, realizó en el 2003, el performance “Mientras dormíamos (el caso Juárez)” una acción en donde utiliza su propio cuerpo como un mapa geográfico y un plumón para marcar en él las marcas de violencia halladas y redactadas en los informes médicos de mujeres asesinadas en Ciudad Juárez, Chihuahua.
La terrible violencia que en un tiempo permeó los titulares dejando ver la corrupción, impunidad e indignación en el caso de “Las muertas de Juárez” es solo un ejemplo de la atrocidad y complejidad a la que nos enfrentamos como parte de las consecuencias del tejido social putrefacto. Hoy en día no es posible conocer las cifras exactas y reales de cuantas victimas deja esta masacre a manos del poder y los instintos más bajos, pues cada día focos rojos se prenden en todo lo ancho del territorio. La cantidad de mujeres asesinadas no solo no ha aminorado en Juárez, que ha salido de los reflectores desde hace lustros, al contrario se ha extendido en otras entidades como el Estado de México, Tlaxcala y Guerrero solo por mencionar algunos.
