Alexander Ajá, quien se ha caracterizado por thrillers y cintas de terror inquietantes, algunas mejor logradas que otras, ahora se alía con Halle Berry, ganadora del Óscar, para contar una historia en la que el mal está suelto, puede poseer tu alma en la mitad de un bosque, premisa que nos evoca a ‘El despertar del diablo’ (1981), pero todo se inclina más a la cotidianeidad y a la subsistencia, prescindiendo un poco de los jumpscares, así es ‘No te sueltes’.
Halle Berry, quien también funge como productora, encarna a una madre angustiada por mantener con vida a sus dos hijos cuates, quienes siempre tienen hambre. El lugar en el que viven es una cabaña, construida por el abuelo de los pequeños, y al parecer está circundada por un espíritu maligno; para poder seguir con vida, necesitan estar atados con una soga, la cual funge como un cordón umbilical, aferrándose así a la vida. Sin embargo, en medio del hambre, la podredumbre y el estrés, uno de los niños se cuestiona si todas estas medidas son necesarias, desembocando así el conflicto y la catástrofe.
Desarrollada en el bosque, pero sintiéndose una atmósfera de claustrofobia, la cinta consigue una ambientación turbia y escalofriante, así como imágenes inquietantes, sin embargo, no logra cuajar bien el género, pues predomina más el drama que el suspenso sobrenatural, además de cocinarse a fuego lento, por lo que ninguno de los dos géneros consigue fluir con soltura.
Uno de los aciertos del filme, podría ser que el espectador está haciéndose preguntas a lo largo del desarrollo de la trama ¿Estamos frente a un espíritu maligno o es una sugestión y esquizofrenia de la madre, que tarde o temprano hereda a los hijos? Hay escenas e imágenes que pueden avalar ambos puntos de vista, pero ninguno se refuerza del todo, por lo que la ambigüedad salta a la vista.
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Halle Berry ofrece un papel sólido, angustiante, con decisiones llevadas al extremo y con una psique compleja, como ya lo he mencionado, mientras que Percy Daggs IV y Anthony B. Jenkins dan una buena réplica a la actriz y consiguen camaradería y rivalidad en la cinta, sobre todo por una de las preguntas que inquietan a aquellos que tienen hermanos ¿Quién es el favorito de mamá?.
Cocinada a fuego lento, sembrando preguntas y con una atmósfera inquietante, la cinta consigue claustrofobia, intriga y dolor en una forma irregular, con mesura no con locura.