La ola de violencia no se detiene en Michoacán, en los primeros 37 días de 2022 se han registrado al menos 215 asesinatos en la entidad.
Además, a pesar de la mayor presencia de la Guardia Nacional en la región, la violencia derivada del narcotráfico continúa sin freno con la ejecución en el últimos mes de 35 personas en zonas indígenas, el ataque con una mina terrestre al Ejército y el asesinato a balazos de un periodista.
En ese sentido, la Fiscalía General de la República (FGR) investiga el uso y explosión, por primera vez en la historia, de una mina terrestre contra el Ejército, en Tierra Caliente.
Una zona que integran una decena de municipios que desde la década de 1980 han servido a narcotraficantes para la producción de drogas como marihuana, metanfetamina, heroína, fentanilo y, recientemente, cocaína.
La mina, de uso bélico, estalló en un camino de terracería que conecta los municipios de Apatzingán y Tepalcatepec, dejando seis soldados heridos y graves daños en un vehículo militar blindado, tipo «sandcat» y de manufactura mexicana.
De acuerdo con información del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) en enero de 2022 fueron perpetrados un total de 210 homicidios violentos, la mayoría con indicios de estar relacionados con la lucha entre narcotraficantes, mientras que en los primeros seis días de febrero ya se acumulan 5 crímenes más.
Los asesinatos se registraron en las diversas regiones del estado y destacan los homicidios de 35 hombres y mujeres registrados en los últimos 98 días en las zonas indígenas purépechas de Tarecuato y Tacátzcuaro, en los municipios de Tangamandapio y Tingüindín, respectivamente.
Estos 35 homicidios, según las carpetas de investigación de la FGE, están relacionados con pugnas entre las bandas del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y de La Nueva Familia Michoacana, aunque hasta el momento no hay ningún detenido.
Información de las áreas de inteligencia de los Gobiernos federal y estatal precisa que en Michoacán operan al menos una decena de cárteles del narcotráfico, cuyos sicarios mantienen el control de la producción y tráfico de drogas en las regiones de Tierra Caliente, Oriente, Sierra-Costa y Bajío.
Estas organizaciones criminales son el CJNG, La Nueva Familia Michoacana, Los Caballeros Templarios (CT), el Cártel de Zicuirán, La Familia Michoacana (antiguo cártel y base de Los Caballeros Templarios), el Cártel del Golfo, el Cártel de Los Correa, el Cártel de Los Reyes, el Cártel de Tepalcatepec y Pueblos Unidos.
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