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El cambio climático y la dispersión de semillas por aves

por | Jun 23, 2021

La mayoría de los árboles y arbustos europeos son dispersados por aves que migran a latitudes más cálidas en el sur, pues el calentamiento global está produciendo que los desplazamientos de muchas especies obliguen la redistribución de la vida en la Tierra, según el estudio de la Universidad de Cádiz sobre la alerta del peligro que supone el cambio climático para las especies vegetales, «Las aves migratorias ayudan a la redistribución de plantas a nuevos climas».

El estudio se realizó en áreas forestales de Portugal, España, Reino Unido, Alemania, Italia y Polonia; éste demostró que sólo un tercio de las plantas (35 por ciento) son distribuidas correctamente por pájaros que migran hacia el norte en primavera.

Por el contrario, la gran mayoría de las plantas (86 por ciento) son esparcidas por aves cuando migran hacia áreas más cálidas en otoño. La movilidad de los animales permite que se desplacen a nuevos lugares con climas apropiados ante los cambios en el planeta; sin embargo, las especies vegetales no están provistas de esta capacidad.

Moras azules.

En el caso de plantas de frutos carnosos en los biomas europeos, sólo un tercio se beneficiará de la dispersión, dirigida por las aves, hacia latitudes septentrionales (del norte) para rastrear condiciones favorables.

“El cambio climático actual es tan rápido que muchas plantas requieren distancias de dispersión mucho más allá de las que normalmente se producen a escala local”.

Juan Pedro González-Varo, investigador de la Universidad de Cádiz y líder del estudio.

Ante la situación, las aves migratorias pueden contribuir en la dispersión de plantas. Por esta razón, la investigación se basó en las redes de interacción planta-ave, es decir, las comunidades de estos ovíparos que consumen los frutos durante el viaje tienen el potencial de dispersar las semillas a larga distancia y colonizar nuevos territorios.

Beatriz Remeu, segunda autora del estudio, informó que entre los problemas identificados está el que las semillas del norte viajan hacia el sur, es decir, van en la dirección equivocada, pues no se pueden adaptar al cambio climático.

Los investigadores emplearon técnicas avanzadas de barcoding de ADN (códigos de barras de la vida), las cuales permitieron identificar las moléculas de especies a través del uso de una pequeña región de un gen para determinar qué especie de ave dispersó una semilla identificada en campo.

Traducción: «Utilizamos modelos de red complejos y redes de interacción resueltas basadas en ADN para proporcionar una primera evaluación del potencial de las comunidades de plantas europeas para seguir el ritmo del cambio climático a través de la dispersión de semillas a larga distancia hacia latitudes más frías».

Durante el estudio, se identificó que los pájaros con mayor potencial para dispersar plantas europeas hacia latitudes más frías son especies paleárticas, es decir, que no cruzan el Sahara durante su migración, sino que invernan en el centro y sur de Europa o en el norte de África.

En general son petirrojos, currucas capirotadas, mirlos y varias especies de zorzales.

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La preocupación por estos resultados recae en que estas especies de ave están disminuyendo en Europa, según Pedro Jordano, académico del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Estación Biológica de Doñana (EBD).

Dentro de las conclusiones del estudio, se evidenció el papel ecológico que juegan algunas de las especies para el mantenimiento de la biodiversidad, por ello los científicos recalcaron que “hay que protegerlas a toda costa”:

“Nuestro trabajo muestra cómo las interacciones ecológicas en el seno de los ecosistemas, no sólo las especies, son cruciales para la conservación de la biodiversidad ante el escenario de cambio global acelerado que acontece en el planeta”.

Juan Pedro González-Varo.

Para finalizar, los resultados enfatizaron que, si los animales se dispersan a nuevas áreas, las consecuencias se verán en la composición de los bosques del futuro, además de que las diferentes especies no podrán colonizar por igual los territorios novedosos, lo que podría cambiar el funcionamiento del ecosistema.

MAEP.

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