Tras los diversos accidentes suscitados en el Metro, la Fiscalía General de Justicia abrió siete carpetas de investigación
La Fiscalía General de Justicia (FGJ) confirmó la existencia de un ataque sistemático al Sistema de Transporte Colectivo Metro, tras identificar el corte y quema de cables, manipulación de enganches de los vagones y daños al mecanismo de cambio de vías de trenes, con el objetivo de ocasionar graves accidentes en tres distintas rutas, por lo que abrió siete carpetas para investigar esos hechos.
Tras concluir los dictámenes para conocer cómo ocurrieron los hechos del choque de la línea 3, mismo donde falleció una joven murió y 106 más resultaron lesionadas, además de los accidentes 7 y 12, la Fiscalía determinó que en los tres casos fueron daños dolosos, posiblemente señalados como sabotaje.
Asimismo, el accidente del pasado 7 de enero, Potrero-La Raza, de dependencia notificó que se originó por la quema y cortes intencionales en los registros de conexión del cableado eléctrico.
A eso se suma la negligencia del conductor del tren 24, que se impactó con el 23, al no respetar las medidas de pilotaje que se establecieron en modo seguridad, es decir, no rebasar 35 kilómetros por hora luego de la falla que se reportó desde el viernes 6 de enero.
La FGJ indicó que Carlos Alfredo, el conductor, no se apegó a los lineamientos de los manuales técnicos, excedió el límite de velocidad en manejo manual restringido y cambió a conducción en pilotaje automático, cuando está prohibido hacerlo en marcha de seguridad.
Sin embargo, el conductor no sería el único bajo investigación. La Fiscalía solicitó que el juez de control cite para audiencia inicial a los responsables de retirar la caja negra del tren 24, la cual se encontró en un camioneta con logotipos del Sistema de Transporte Colectivo afuera de la estación.
Un día después del accidente, durante los trabajos de reparación para reanudar el servicio, se descubrió otro corte deliberado de cables de 48 metros lineales, que representaron más de mil 200 empalmes que afectaba la señalización, comunicaciones y pilotaje automático. De no haberse intervenido, se habrían enfrentado riesgos mayores a los del percance registrado.
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