Este 2024, México se enfrenta a la organización de las elecciones más grandes de su historia, un hito político que ha estado marcado por la creciente tensión en el Instituto Nacional Electoral (INE) y el Tribunal Electoral.
La crisis en el INE se ha agudizado debido a la persistencia de nueve direcciones sin titulares y la secretaría ejecutiva, lo que ha generado conflictos entre dos grupos de consejeros que luchan por el control y la toma de decisiones en el instituto.
La falta de liderazgo en estas posiciones clave ha llevado a un estancamiento en la toma de decisiones y ha dificultado la preparación para las elecciones.
El 2 de junio de este año, más de 97,6 millones de ciudadanos mexicanos están llamados a las urnas para elegir un total de 20,375 cargos a nivel federal y local.
Entre estos cargos se incluyen la Presidencia de la República, 500 diputaciones, 128 senadurías, nueve gubernaturas, la renovación de 31 congresos locales, mil 580 ayuntamientos y 16 alcaldías en la Ciudad de México.
Para llevar a cabo este monumental proceso electoral, el INE tiene la tarea de contratar a más de 47 mil capacitadores y supervisores electorales antes del 11 de enero. Estos capacitadores y supervisores se encargarán de buscar a más de 12 millones de ciudadanos dispuestos a capacitarse como funcionarios de las 170 mil casillas que se proyectan instalar.
La selección de estos ciudadanos se realizará mediante insaculación por parte de las juntas locales y distritales, teniendo en cuenta su mes de nacimiento (abril y mayo), y se sorteará la letra inicial del apellido en enero para determinar quiénes serán invitados.
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Además de la logística para la capacitación y organización de casillas, se espera la impresión de 317 millones de boletas electorales solo para las elecciones federales. Esto subraya la magnitud de la elección y la importancia de garantizar que el proceso electoral se lleve a cabo de manera eficiente y transparente.
En este contexto, se destacan los 26 millones de jóvenes menores de 30 años que poseen credencial para votar en estas elecciones, lo que demuestra la diversidad y amplitud de la participación electoral en México. Además, se transmitirán 52 millones de spots de radio y televisión de partidos, candidatos y autoridades electorales, lo que refleja la intensidad de la campaña política que se avecina.
La elección presidencial no está exenta de desafíos y controversias. El 6 de enero es la fecha límite para que los candidatos independientes a la Presidencia de la República recopilen más de 900 mil firmas de apoyo para lograr la candidatura. Mientras tanto, los partidos políticos registrarán sus candidaturas presidenciales en la última quincena de febrero, con el inicio de las campañas.
