En México hay una población de entre 35 a 70 millones de perros de los cuales el 30 por ciento tienen un hogar.
El 70 por ciento se encuentra en una batalla diaria de sobrevivencia, enfrentando cambios climatológicos, falta de alimento y maltrato, además de estar expuestos a un sinfín de enfermedades y violencia de todo tipo, no solo de otros perros, sino también de las personas.
Pues la problemática del perro callejero no es solo estética, sino también un problema de salubridad y civismo, ya que la mayoría de perros en situación de la calle vienen de familias que los han abandonado sin previa esterilización, lo que a la larga genera una alza en su población ya que se estima que una perra hembra de talla mediana pueda vivir al menos 10 años y en situaciones no controladas puede tener hasta dos camadas al año de entre 5 y 8 cachorros, lo que da por resultado un aumento de 95 a 152 perros sin hogar vagando en las calles.
Las razones del abandono pueden ir desde motivos personales tan banales como “no me gusto el perro” hasta factores económicos, o hasta por un cambio de domicilio.
Sin embargo, el aumento de la población canina callejera es un problema que no se acabará solo y que requiere de la participación de la sociedad y no solo del gobierno. Si bien no existen datos oficiales, se sabe que hay cientos de centros, fundaciones e incluso personas solas que dedican su tiempo, espacio y recursos a rescatar perros de la calle, rehabilitarlos y conseguirles un hogar digno.
En el marco del Día del perro (21 de junio) y el Día del perro de la calle (27 de junio) https://croquetero.com/creó una campaña de recolección de fondos llamada “1+1” la cual tiene como objetivo recaudar alimento para apoyar a 20 centros de adopción que están incorporados al Movimiento Croquetero, el cual dona de manera trimestral alimento en especie para contribuir con la manutención de más de mil 500 perros rescatados por personas de vocación inquebrantable y determinación irrefutable que dedican su vida a ayudar a estos animales a tener una mejor expectativa de vida.
Finalmente, la solución a este problema no es ni el exterminio de los canes, ni el aumento de centros de adopción, sino la sensibilización de la sociedad sobre las responsabilidades que se tienen que asumir al tener una mascota, la concientización sobre la importancia de la esterilización y la solidaridad para ayudar a estos animales, que merecen ser tratados con amor y dignidad.
