Las descomposturas en las líneas 3 y 7 del metro han afectado a los usuarios en repetidas ocasiones, pero no siempre se trata de fallas mecánicas.
El tren avanzaba inusualmente rápido sobre las vías en dirección a Indios Verdes, pero se detuvo súbitamente en Niños Héroes. Pasados unos minutos la gente empezó a desesperarse y descendió de los vagones para ver lo que ocurría pues se escuchaban los alterados gritos de una mujer.
La Guardia Nacional y la policía bancaria se acercaron pero no intervinieron. La persona que gritaba era una mujer a la que los otros pasajeros le pidieron descender del vagón, a lo que ella accedió, pero una vez en el andén exigió a los policías que también bajara el causante del conflicto.
Cuando el estudiante bajó ella explicó que el joven la había golpeado y lastimado con su mochila. Aseguró que le pidió comedidamente que se la quitara y la llevara en las manos, pero este le respondió en forma altanera y durante varias estaciones la siguió golpeando, no solo a ella sino a otros usuarios.
Esto ocurrió a partir de la estación Etiopía y la situación se repitió en Centro Médico y Hospital General, hasta que harta decidió accionar la palanca de emergencia. Los policías no tenían elementos para detener al joven, pero la conductora del tren corrió lo más rápido que pudo desde la cabina del conductor hasta el quinto vagón para desarmar la palanca. Luego otra vez corrió a la cabina para cerrar las puertas y continuar el recorrido que afectaba ya la marcha desde la estación Universidad. El tren que la precedía había quedado varado entre Hospital y Centro Médico, así como todos los que se encontraban en Universidad, Copilco, Miguel Ángel de Quevedo, Viveros, Coyoacán, Zapata, División del Norte y Eugenia, entre otras estaciones.
Finalmente gracias a la agilidad de la conductora pudo avanzar hacia la estación de transborde de Balderas, pero ya para entonces varios pasajeros que no sabían cuanto duraría el trastorno habían decidido continuar a pie.
En Balderas solo hay circulación hacia el poniente por las obras de remodelación, pero el tren se detuvo nuevamente en Insurgentes porque varios estudiantes, evidentemente alterados por el consumo de alcohol y marihuana se saltaron losw torniquetes.
Esta vez fue un solo policía el que entró al vagón para encararlos a todos y pedirles que se bajaran, dos de ellos lo hicieron pero el tercero se quedó sentado «Si sabes lo que hiciste» le reclamó, mientras los otros jóvenes preocupados por que su amigo ya tenía antecedentes por incidentes similares, le pidieron llévenos a nosotros, déjenlo a él.
El tercer pasajero reconoció que había entrado sin pagar.
Antes de que el tren remprendiera su marcha, quienes viajábamos en el vagón escuchamos a uno de los estudiantes suplicar que los dejaran ir, recordando que hoy se celebra «El día del amor y la amistad» (Ramsés Ancira)
