La mañana de este jueves 19 de septiembre, un grupo de empresarios y comerciantes formales del Centro Histórico de la Ciudad de México fue agredido por elementos de la policía capitalina, comúnmente conocidos como «granaderos». Los afectados intentaron abrir el acceso peatonal en la calle Madero, en el cruce con Isabel la Católica, una zona cerrada por las autoridades debido a la realización de un simulacro organizado por el gobierno de la ciudad.
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El incidente comenzó alrededor de las 10:00 de la mañana, cuando comerciantes y empresarios empezaron a recibir llamadas de empleados y clientes, quienes les informaban que varias calles del Centro Histórico estaban bloqueadas por la policía, impidiéndoles el acceso bajo el argumento de los preparativos para el simulacro. Ante la falta de respuesta por parte de las autoridades, los comerciantes buscaron negociar el acceso controlado para permitir el flujo de trabajadores y visitantes, sin obtener una respuesta favorable.
Tras 40 minutos de espera sin atención por parte de las autoridades, los empresarios decidieron mover las vallas de seguridad para restablecer el tránsito peatonal antes de que iniciara el simulacro. En ese momento, los granaderos actuaron de manera violenta, agrediendo y amenazando a los dueños y encargados de los negocios, con el objetivo de reinstalar el cerco que restringía la movilidad en el área.
Gerardo Cleto López Becerra, presidente del ConComercioPequeño S.C., expresó su indignación ante lo sucedido. «Es lamentable que los cuerpos policiacos traten con suavidad a manifestantes violentos, mientras que a los empresarios y ciudadanos que buscan realizar su trabajo los agreden», afirmó. Además, señaló que este tipo de operativos que afectan la movilidad en el Centro Histórico se han vuelto más frecuentes durante la administración de Martí Batres, quien «presume una prosperidad inexistente en las calles».
López Becerra también denunció que, a pesar de haber intentado reunirse con las autoridades para evitar los cierres innecesarios y los bloqueos que afectan la circulación, no han obtenido resultados. Estos cierres prolongan los tiempos de desplazamiento, aumentan el consumo de combustible y la contaminación, además de encarecer el transporte de mercancías y pasajeros, explicó.
El empresario subrayó que el Centro Histórico es un claro ejemplo de cómo el gobierno se apropia de los espacios públicos y los cierra a su criterio, afectando directamente a más de 3,500 establecimientos comerciales ubicados en la zona. Muchos de estos negocios, según López Becerra, han visto una disminución en sus ventas de entre el 40% y el 60% en comparación con los niveles previos a la pandemia, sin haber logrado recuperarse por completo.
Los constantes cierres de vialidades, ya sea por marchas, mítines, celebraciones o decisiones de funcionarios, han provocado el cierre definitivo de varios comercios, generando pérdidas millonarias y dejando espacios que han sido ocupados por comerciantes de origen chino, agregó López Becerra.
Finalmente, el presidente del ConComercioPequeño exigió que la próxima administración capitalina, encabezada por Clara Brugada, implemente un cambio en los protocolos de movilidad para garantizar que el sector productivo pueda realizar su trabajo sin obstáculos. «Es necesario que se tomen medidas que permitan a los empresarios y comerciantes seguir operando sin sufrir las agresiones de las autoridades», concluyó.