La Ciudad de México, conocida por su rica oferta de lugares emblemáticos, ha visto cómo algunos de sus sitios más icónicos han pasado a la historia. Entre ellos se encuentran Reino Aventura, el parque Atlantis, la Feria de Chapultepec y el Cine Ópera. Estos espacios, una vez favoritos de los capitalinos, han dejado un legado en la memoria colectiva.
El parque acuático Atlantis, inaugurado en 1979, se convirtió en el primer delfinario de la ciudad, albergando a delfines como Calipso, Chispa y Neptuno, así como a peces y lobos marinos que entretenían a los visitantes con diversos trucos. En 2005, Atlantis amplió su oferta con la obra de teatro Centella, tierra de magia y estrellas, que integraba actuaciones de delfines y lobos marinos.
El parque también contaba con atracciones como toboganes, ruedas de la fortuna y 17 acuarios. Sin embargo, los problemas económicos y la disminución de visitantes marcaron el inicio de su declive. A pesar de los esfuerzos por revitalizar el parque, Atlantis cerró sus puertas en 2007, dejando a los animales marinos en condiciones precarias.
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En 2012, la Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente (Profepa) inició una investigación sobre el estado de los animales. Finalmente, en 2017, se lograron rescatar tres lobos marinos, que fueron trasladados a un delfinario en Nayarit, debido a la falta de apoyo del Gobierno de la Ciudad de México.
Tras la quiebra de Atlantis, el predio pasó a manos del Gobierno local, que decidió transformar el espacio en un nuevo proyecto. Así nació el Parque de Cultura Urbana (Parcur), inaugurado en febrero de 2022 en la Tercera Sección del Bosque de Chapultepec, donde anteriormente se encontraban Atlantis y El Rollo.
Parcur ha sido diseñado para ofrecer una variedad de actividades, que incluyen skateboarding, parkour, batallas de rap, teatro, danza, exposiciones y talleres. Además, cuenta con áreas para picnic y zonas verdes, fomentando un ambiente recreativo y cultural. El parque también alberga un «Tianguis para grafiteros», donde artistas plásticos exhiben sus obras en los muros del parque, muchos de los cuales fueron decorados con grafitis durante el período de abandono de Atlantis.
La transformación de Atlantis en Parcur representa un nuevo capítulo en la historia de este emblemático espacio, ofreciendo a los habitantes de la Ciudad de México un lugar renovado para el ocio y la cultura, y marcando el final de una era para un icónico parque acuático.