En Cuajimalpa, las calles, avenidas y espacios públicos comienzan a contar una historia diferente: una de recuperación, dignificación y justicia urbana. Así lo destacó el alcalde Carlos Orvañanos, quien subrayó que, tras años de abandono, la alcaldía avanza con pasos firmes hacia la modernización de su infraestructura urbana, gracias a un programa integral de servicios públicos diseñado para devolverle a la comunidad espacios seguros, funcionales y agradables.
Te puede interesar: https://elcapitalino.mx/capital/cdmx-apuesta-por-el-deporte-como-motor-de-transformacion-social/
Con apenas unos meses de gestión, Orvañanos destacó que se han atendido necesidades postergadas durante más de una década, entre ellas, la rehabilitación de calles y avenidas, la mejora del alumbrado público, el rescate de camellones y áreas verdes, así como el mantenimiento constante de la red hidráulica.
“La gente está cansada de sentirse invisible”, expresó el alcalde, al referir que estas acciones responden directamente a las demandas ciudadanas. Añadió que la estrategia parte de una premisa clara: invertir en servicios públicos es invertir en justicia social y calidad de vida.
En cifras, la Dirección General de Servicios Urbanos ha logrado intervenir más de 205 mil metros cuadrados con jornadas de balizamiento, además de haber rehabilitado 95 luminarias en puntos estratégicos, combatiendo así el problema de calles mal iluminadas, que por años contribuyó a la percepción de inseguridad.
La recolección de residuos —en calles, callejones y cerradas— es ya una tarea permanente, mientras que el rescate de áreas verdes se ha convertido en una política prioritaria para cuidar el entorno natural de la demarcación. “Cuidar nuestros árboles y espacios verdes es cuidar la salud y el bienestar de quienes vivimos aquí”, sostuvo Orvañanos.
Además, se puso en marcha un programa de recolección mensual de triques y enseres domésticos en desuso, que llegará a todos los pueblos y colonias. Esta medida busca no solo despejar las viviendas, sino también erradicar los 19 tiraderos clandestinos identificados en el perímetro de Cuajimalpa.
La seguridad vial para estudiantes es otro eje de trabajo. Por ello, se balizan los cruces peatonales cercanos a escuelas para garantizar trayectos seguros, priorizando el bienestar de niñas, niños y jóvenes.
En un giro poco común dentro de la administración pública, el alcalde resaltó que muchas de estas intervenciones se consultan previamente con la comunidad, reconociendo que la participación vecinal es clave para construir un espacio público que refleje verdaderamente las necesidades y aspiraciones de sus habitantes.
Con estas acciones, Cuajimalpa se aleja del abandono y avanza hacia una nueva etapa, donde el espacio público deja de ser reflejo de rezago, para convertirse en símbolo de identidad y orgullo comunitario.