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Agradecido y feliz con la vida: José Mujica

por | Oct 21, 2020

De las lágrimas en el Senado a la calma de su finca, de legislar en medio de una pandemia a cosechar verduras, de más de 60 años de vida dedicada a la política entre armas, despachos y Presidencia a ser el viejo sabio de la tribu. Así es el día después de José ‘Pepe’ Mujica tras renunciar a su escaño.

Con la calma de alguien que parece haberse quitado un peso de encima y quiere vivir tranquilo sus últimos años, inmerso en la humilde finca en la que vive desde hace ya tiempo y siempre con su típica forma de expresarse, Mujica abrió las puertas para conversar al día siguiente de renunciar a su banca.

La emoción, la nostalgia y el símbolo de haber dejado el escaño junto al también expresidente Julio María Sanguinetti (1985-1990 y 1995-2000) siguen latentes en una charla donde reflexiona acerca de la vida, pide a los jóvenes que tomen su bandera de lucha y afirma que, todavía, le queda mucho por aportar a la política uruguaya.

El ahora exsenador declaró que «en el mundo porque podemos tener enormes diferencias, pero tratamos de mantener una atmósfera colectiva que constituye un capital diferencial para nuestra sociedad. Porque convivir con el que uno está de acuerdo no tiene ningún mérito ni es milagroso; el asunto es convivir cuando uno tiene diferencias.»

Mujica afirma que Uruguay da una lección de convivencia, de que se puede discrepar y se puede tener el margen de libertad posible pero respetándose.

El exsenador dijo que es un cambio positivo para su partido Frente Amplio ya que es necesario renovar ideas para progresar,  por ejemplo para acabar con la pobreza de su país: “Ese problema se puede resolver y si no lo resolvemos es por nuestros egoísmos, nuestras incapacidades, nuestras torpezas.”

Reafirmó que su decisión de debió a la pandemia ya que no podía cumplir como se debe con la tarea que se le había asignado. Porque ser senador no es sentarse en un despacho, significa caminar, ir adonde están los problemas de la gente dijo, además que seguir en el trabajo ponía en riesgo su vida con 85 años y una enfermedad inmunológica y ahora planea aconsejar a las generaciones que viene. «Pertenezco al consejo de ancianos, la más vieja institución antropológicamente de la organización humana».

Además de aconsejar, Mujica planea trabajar en las tierras de su finca ya que se considera un “campesino frustrado” y se siente feliz y agradecido con la vida. Aclaró que su esposa, la senadora Lucía Topolansky seguirá con su cargo.

“El legado es la barra que queda militando levantando las banderas que yo levanté. Hay que ponerle a las causas brazos jóvenes que levanten las viejas banderas” concluyó. /Cortesía Agencia EFE

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