55 8925 1325 [email protected]
El Capitalino
Van Gogh Expo

«Zona de interés»: La banalidad del mal con paralelismos actuales

por | Feb 14, 2024


La filósofa Hanna Arendt desarrolló en 1963 el concepto de la banalidad del mal, luego de acudir al juicio contra unos de los orquestadores del Holocuasto, Adolf Eichmann, celebrado en Jerusalén, en éste se indicaba que los individuos actúan dentro del sistema al que pertenecen sin reflexionar sobre sus actos, sólo cumplen órdenes sin importar las consecuencias, eso precisamente es la espina dorsal de Zona de interés.

Foto: @zoneofinterest

Dirigida por Jonathan Glazer, la cinta es una adaptación libre de la novela de Martin Amis, ‘La zona de interés’, en la que el enfoque es totalmente diferente, pues en el libro se tejen pasiones y romances, mientras que esta cinta se cimenta en la vida de una familia, en ella hallamos al comandante de Auschwitz Rudolf Höss y su esposa Hedwig, quienes se esfuerzan en construir una vida de ensueño para su familia en una casa con jardín cerca del campo, muy cerca del lugar ocurren los hechos más atroces e inenarrables que llenan de ignominia a la humanidad.

Al igual que sus cintas previas como, Sexy beast (2000), Birth (2004) y Under the skin (2013), el británico se ondea por la provocación y la incomodidad, aunque al parecer no pasa mucho, en realidad ocurre todo, dentro de la apacibilidad de la familia, el entorno se percibe denso, oscuro y mortífero, para contextualizar esto se hace ayudar del audio, es ahí en donde todos se convierten en cómplices silenciosos de las atrocidades que se suscitan alrededor. La casa, con todos sus lujos y placeres, se convierte en el testimonio de la deshumanización, la ambición y la impotencia. A esto se suma, una mujer narcisista e implacable, la ama de casa, encarnada por Sandra Hüller, quien tiene dos de las cintas más aclamadas del año como lo es esta opción y ‘Anatomía de una caída’, en ambas propuestas deja en claro los alcances a los que puede llegar su histrionismo.

Foto: @zoneofinterest

Si bien es cierto, la cinta es poderosa y abrumadora, contando con cinco postulaciones al Oscar, también es verdad que la cinta exige del espectador, las tomas en ocasiones pueden parecer planos largos o ser comparadas con vídeos de vigilancia; no hay muchos diálogos, la cotidianeidad y lo contemplativo pueden derivar en la parsimonia, pero hay secuencias a las que hay que prestar atención por lo poderoso de las imágenes.

Conforme avanza la cinta, sobre todo en una de las secuencias finales, es inevitable hallar paralelismos con lo que ocurre en la vida actual, con los conflictos y las ideas ¿el pasado podría volver a pasar? ¿Lo reflexionamos y lo sentimos o sólo queremos ser parte del mame?

Van Gogh Expo