Restauranteros de diferentes partes de la capital, desde el día de ayer, han realizado marchas con cacerolazos pidiendo una solución al Gobierno de la Ciudad para reabrir sus locales y continuar laborando en esta emergencia sanitaria.
Muchos de ellos afirman que si estos establecimientos permanecen cerrados perderán sus empleos y no tendrán dinero para comprar la canasta básica y mantener a sus familias.
El Gobierno de la Ciudad de México permanece en semáforo rojo y a la fecha no ha dado resolución a los manifestantes.