Marco Antonio Rodríguez Hurtado, presidente Municipal de Tlalnepantla, encabezó la ceremonia solemne en honor a las víctimas de la explosión de en 194 en San Juan Ixhuatepec.
Veladoras y flores inundaron la zona donde también se realizó una misa para orar por quiénes perdieron la vida aquella fatídica mañana, en un ambiente de melancolía, lleno de la luz que cientos de veladoras brindaron y el olor de decenas de flores blancas.
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El alcalde montó una guardia de honor frente a la cruz erigida en el Parque Hidalgo para honrar la memoria de los tlalnepantlenses que perdieron la vida hace 38 años junto con su esposa, María Gómez Martínez, presidenta Honoraria del Sistema Municipal DIF.
Acompañado de los acordes del toque de silencio e iluminado por la luz de una cruz de veladoras que autoridades y vecinos de la zona colocaron en el punto, Rodríguez Hurtado colocó una ofrenda floral en el epicentro donde fue la explosión, hecho que cada año remueve los sentimientos de las y los habitantes de San Juanico.
Asimismo, el alcalde también visitó la cruz de fierro, ubicada dentro del mismo parque, misma que fue colocada tras la tragedia.
Posteriormente, Rodríguez Hurtado y toda la comitiva con flores blancas en mano y veladoras recorrió el camino principal del panteón municipal Caracoles, en San Isidro Ixhuatepec, para develar la placa conmemorativa al aniversario luctuoso de este trágico hecho que marcó la historia de San Juan Ixhuatepec y la vida de todos los habitantes de esta parte del municipio.
Ahí, en medio de tres enormes cruces de flores, rodeadas de veladoras que con su luz hicieron más emotivo el momento, el Munícipe nuevamente montó guardia de honor y colocó una ofrenda floral, mientras el toque de silencio hacía eco en toda la comunidad.
Con la luz de las veladoras que iluminaron el amanecer de este recordado 19 de noviembre, Tony Rodríguez y todos los funcionarios públicos participaron en una ceremonia de bendición y escucharon la misa religiosa para orar por las víctimas de la explosión de San Juanico y pedir porque nunca más se vuelva a vivir una escena de estas magnitudes.
