- Revuelo causó en redes que una encuesta realizada por encargo del INE sobre el tema de la reforma electoral planteada por el gobierno resultó apoyar esa propuesta a contracorriente de la opinión de los expertos.
Ante la inminente presentación de la reforma electoral con la que el gobierno de México pretende modificar las bases del régimen electoral en el país, cobró notoriedad la publicación de una encuesta encargada por el Instituto Nacional Electoral a l empresa BGC – Ulises Beltrán y asociados.
El punto fino es que dicho estudio demoscópico arroja cifras positivas a la postura gubernamental: 51% respondió que la reforma electoral “es necesaria” con 23 por ciento señalando como “muy necesaria” y 28 puntos “algo necesaria”.
Más de la mitad (57%) de quienes respondieron que es “muy necesaria” la reforma electoral, son ciudadanos con nivel de escolaridad de universidad. El cruce por identidad partidista arroja que 60% de quienes dicen identificarse con MORENA también consideran la reforma como “muy o algo necesaria”.
Parte del asunto es que estos resultados al parecer van en contra de la narrativa de defensa del INE como rechazo a la reforma electoral del gobierno.
Sin embargo, el estudio aporta más datos. Solamente el 27% de los encuestados estaba enterado sobre la intención gubernamental de la reforma electoral. Es decir, parecería que las opiniones en favor de una “reforma electoral” podrían ser genéricas y no necesariamente son un aval del texto que discutirán los diputados federales.
El consejero electoral, Jaime Rivera, criticó el estudio en el sentido que “algunas de las preguntas estuvieron mal elaboradas y generan un fenómeno conocido como deseabilidad social; es decir, que todos responden que sí aunque no tengan el contexto o mayor información”.
De hecho, en la misma encuesta la opinión a la pregunta “¿Qué tanta confianza le tiene al INE?” la respuesta favorable fue de 67% (“mucha” 25% y “regular” 42%) frente a 33% de respuesta desfavorable (“nada” 12% y “poca” 21%). Es decir, dos de tres personas apoyan al INE.
Dentro de lo positivo destaca “la buena organización de las elecciones” con 19% frente a 11% que respondió que “hacen fraudes”.
El debate subsiguiente en redes sociales giró también en torno a si BGC habría tenido que declarar un “conflicto de interés” al realizar esta encuesta y ser proveedor del partido verde ecologista de México (PVEM), así como de un conglomerado de medios con sede en Tabasco.
Por su parte, el presidente López Obrador no dejó ir la oportunidad para criticar al consejero presidente, Lorenzo Córdova, diciendo que el funcionario “da pena ajena”. Ello ante el revire de Córdova de que “la opinión pública puede cambiar” al tratar de minimizar las respuestas de la encuesta en torno precisamente de la reforma electoral. En todo caso, las cifras corroboran que el INE sale bien librado frente a la opinión ciudadana.
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No debe pasar desapercibido que la iniciativa de reforma electoral del gobierno contiene una serie de puntos muy debatibles desde el punto de visto técnico, como lo es que los consejeros electorales sean designados por elección, lo que margina el criterio de capacidad técnica de los integrantes del consejo general.
Además que propone transitar a un sistema electoral de representación proporcional puro, es decir lo opuesto a eliminar a los plurinominales. No es poca cosa ya que incide no solo en la conformación del Poder Legislativo federal, también de los estados y los cabildos municipales cuya integración incluye aspectos complementarios de mayoría relativa y representación proporcional.
