55 8925 1325 [email protected]
El Capitalino
Sansui Goolge TV

10 de junio, a 51 años del «Halconazo»

por | Jun 10, 2022

El ataque a estudiantes universitarios por parte de paramilitares fueron los cimientos para exigir una democratización interna.


Los sucesos acontecidos el 2 de octubre de 1968 en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco donde fueron asesinados cientos de estudiantes universitarios a manos de militares no fue el único acto violento gubernamental en contra de los civiles.

Luis Echeverría, presidente de México entre 1970 a 1976, quien fue la mano derecha de Díaz Ordaz (encargado de mandar la represión militar el 2 de octubre del 68), iniciaba los procesos de democratización interna en el país, donde se quería garantizar los mismos derechos y obligaciones democráticas para todas y todos.

Habían pasado ya 3 años desde el atentado en Tlatelolco, y los estudiantes de educación media superior y superior estaban resguardados en las aulas pues la represión militar que se vivió en ese entonces fue traumatizante para muchos. Sin embargo, el espíritu rebelde y humanista no había muerto.

La Universidad Nacional Autónoma del Estado de Nuevo León (UANL) veía en riesgo su autonomía a causa de una Ley Orgánica que proponía un gobierno paritario en todo el país que se lanzó un año antes, en 1970.

Héctor Ulises Leal se hizo rector de la universidad en el 71, y el gobierno estatal no estaba contento por esta elección. De inmediato solicitó al Consejo Estudiantil una reducción de su presupuesto y la aprobación de la ley que anularía su autonomía y pasaría a control del gobierno.

Los estudiantes de inmediato mostraron su inconformidad ante el riesgo de ser absorbidos por el Estado, y convocaron a una manifestación pacífica el 10 de junio, y para que sus voces no fueran solitaria, pidieron el apoyo de sus colegas estudiantiles de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y del Instituto Politécnico Nacional (IPN).

Estudiantes universitarios protestando el 10 de junio en la Ciudad de México.
Foto: Paco Ignacio Taibo II/La Jornada.
Estudiantes universitarios protestando el 10 de junio en la Ciudad de México. Foto: Paco Ignacio Taibo II/La Jornada.

Llegó el 10 de junio, cayó justo en jueves de «Corpus Christi», los estudiantes de ambas universidades se congregaron en el Casco de Santo Tomás del IPN donde tomarían dirección hacia Palacio Nacional. La marcha sería pacífica, pues los estudiantes no querían volver a sufrir los sucesos del 2 de octubre y querían poner a prueba al gobierno de Echeverría.

Te puede Interesar: A 51 años del Halconazo

Mientras los estudiantes iniciaron su movilización, los estudiantes de Nuevo León cancelaron la marcha púes su pliego petitorio había sido cumplido, pero los citadinos no lo sabían. Los granaderos, policías y militares habían bloqueado y cercado a los contingentes. Sin embargo, de los 10 mil estudiantes que se manifestaban, entre 400 a 500 había infiltrados, quienes formaban parte del grupo paramilitar «los halcones».

¿Quiénes eran «los halcones»?

«Los halcones» eran un grupo paramilitar formado por el gobierno de Luis Echeverría. Formado por personas de zonas marginadas del entonces Distrito Federal y desertores del ejército, a quienes se les prometió un ascenso político en el Partido Revolucionario Institucional (PRI).

Entrenados por agentes de la CIA y fuerzas militares de Francia, Inglaterra y Japón, se les enseñó el arte marcial kendo, donde se utilizan sables de bambú como arma de combate principal, mismas armas que utilizaron para golpear y abatir a los estudiantes.

El grupo encabezado por el Subdirector de Servicios Generales del Departamento del Distrito Federal, Manuel Díaz Escobar, se creó este grupo a finales de la década de los 60′ s por el entonces Secretario de Gobernación, Luis Echeverría, para controlar masas y marchas con ideología comunista y de ideales izquierdistas, con el fin de complacer al gobierno estadounidense y ser aliado durante la Guerra Fría.

Integrantes del grupo paramilitar "Los Halcones" durante la matanza del Jueves de "Corpus Christi".
Foto: INEHRM.
Integrantes del grupo paramilitar «Los Halcones» durante la matanza del Jueves de «Corpus Christi».
Foto: INEHRM.

Cuando los estudiantes se encontraban sobre la avenida México-Tacuba, ya con dirección hacia Palacio Nacional, en el cruce de la calle San Cosme y Melchor Ocampo, tanquetas y tanques militares cerraron las calles del lado izquierdo y derecho; camionetas grises, patrullas e incluso ambulancias, proporcionaron sables de bambú, bates, cachiporras y armas de fuego a los paramilitares quienes de inmediato asaltaron a los estudiantes. el resultado de aquel día, fueron 120 estudiantes de entre 14 y 22 años.

Los estudiantes se trataron de refugiar en la Escuela Normal Superior, pero no fue suficiente para escapar de los halcones. A los heridos que los llevaron a hospitales cercanos, fueron rematados por los enviados del gobierno en las camas mientras se les atendían las heridas.

Un acto impune

A pesar de que el regente del Distrito Federal de esa época, Alfonso -conocido después como Halconzo- Martínez Domínguez fue responsabilizado como el autor intelectual del ataque a los estudiantes por parte del gobierno de Echeverría y presentó su renuncia 5 días después. Manuel Díaz Escobar confirmó el reconocimiento del actuar de los paramilitares, por parte del Gobierno Federal.

A 51 años del «Halconazo», nadie ha sido encarcelado por la participación y autoría intelectual del ataque estudiantil. En el año 2000, se creó una fiscalía especializada para investigar este tipo de sucesos que ocurrieron en los 70 años de gobierno del PRI y se intentó culpar al expresidente Echeverría por «genocidio».

No obstante, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) dictaminó que ese delito no había prescrito tanto para Echeverría como para Mario Moya, secretario de Gobernación de ese sexenio. Ergo, podían ser juzgados con tal crimen.

Luis Echeverría nunca fue procesado o inculpado por la matanza del 10 de junio.
Luis Echeverría nunca fue procesado o inculpado por la matanza del 10 de junio.

Aunque Herlinda Velasco, la magistrada encargada de llevar a cabo la investigación, consideró que no se acreditaba el delito de «genocidio», sino de «homicidio simple», que sí había prescrito luego de transcurridos más de 30 años de lo ocurrido. Ante todo esto, nunca pasó nada y nadie fue proceso y encarcelado por la matanza del 10 de junio, conocido por «El Halconazo».

R.O.G.

Sansui Goolge TV