Trascendió este domingo que los talibanes colgaron un cadáver de una grúa en la plaza principal de la ciudad de Herat, al oeste de Afganistán, de acuerdo con un testigo, el suceso fue una exhibición macabra que significó una vuelta a los métodos talibanes del pasado.
Uno de los testigos, Wazir Ahmad Seddiqi, quien administra una farmacia a un lado de la plaza, dijo para la agencia AP, que los insurgentes llevaron cuatro cadáveres a la plaza y que tres de ellos fueron trasladados a otras plazas para ser colgados ahí.
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Según con Seddiqi, los talibanes anunciaron en la misma plaza que los cuatro habían sido capturados participando en un secuestro, por lo que la policía los asesinó.
Al momento, no estuvo claro si las cuatro personas fallecieron durante la balacera con las autoridades o posterior a su detención. Hasta el momento, los talibanes no han realizado ningún comentario al respecto.
El mulá Nooruddin Turabi, quien es uno de los fundadores del Talibán y el principal responsable de la aplicación e interpretación estricta de la ley islámica en su gobierno anterior, que fue a finales de la década de los 90, dijo esta semana para la agencia AP, que el movimiento conservador volverá a realizar amputaciones de manos y ejecuciones, aunque éstas podrían no ser públicas.
Esta es la primera vez que los talibanes cuelgan en público cadáveres de presuntos criminales desde que tomaron el control total del país el 15 de agosto.
Los brutales castigos como el ahorcamiento, las imputaciones, la lapidación, y los latigazos, fueron sanciones comunes durante el primer gobierno los talibanes en 1996-2001.
Durante ese periodo, los islamistas radicales colgaban en público, casi a diario, cuerpos de criminales en Kabul o alguna provincia del país.
